viernes, 13 de agosto de 2010

INICIACIÓN AL VOLUNTARIADO I










Por María José De Morales

UN CUENTO SOLIDARIO I

“Allá a lo lejos, en una choza próxima al bosque vivía un leñador con su esposa y sus dos hijos: Hansel y Gretel. El hombre era muy pobre. Tanto, que aún en las épocas en que ganaba más dinero apenas si alcanzaba para comer. Pero un buen día no les quedó ni una moneda para comprar comida ni un poquito de harina para hacer pan. "Nuestros hijos morirán de hambre", se lamentó el pobre esa noche. "Solo hay un remedio -dijo la mamá llorando-. Tenemos que dejarlos en el bosque, cerca del palacio del rey. Alguna persona de la corte los recogerá y cuidará". Hansel y Gretel, que no se habían podido dormir de hambre, oyeron la conversación. Gretel se echó a llorar, pero Hansel la consoló así: "No temas. Tengo un plan para encontrar el camino de regreso. Prefiero pasar hambre aquí a vivir con lujos entre desconocidos".







Este extracto que corresponde al famoso cuento Hansel y Gretel de los hermanos Grimm, podemos derivarlo a lo que en definitiva significa el verdadero valor comprometido de personas que de manera altruista dedican parte de su tiempo libre en servicio de una comunidad de personas que necesitan de esta ayuda capaz de transformar la realidad de tantas familias donde el Estado del Bienestar resulta apenas inexistente por diversas causas.



Desempleo, marginación, pobreza, enfermedad, bajo nivel formativo etc., lleva a muchos de nuestros colectivos sociales poco a poco a un aislamiento que no sólo afecta a recursos económicos sino que igualmente a planos emocionales y afectivos tan importante para el ser humano.



Trabajar por conseguir que estas personas consigan la integración desde la base de aportar ayuda con alimentos como primer recurso para seguir con planes de inserción social y económica-laboral, es la tarea que vienen desarrollando cada día los voluntarios de nuestra asociación. Una tarea silenciosa y dedicada a escuchar planteamientos donde la capacidad y el buen hacer de tantas personas con buena voluntad, se disponen a trabajar por acercar este Estado del Bienestar que ampara nuestra Constitución haciéndola llegar al resto de la ciudadanía que la necesita.



Eliminar barreras afectivas, económicas y culturales, nos lleva cada momento a un análisis profundo de nuestras capacidades a desarrollar como voluntarios, para que de manera solidaria se obtengan resultados eficientes y satisfactorios y que en ningún caso, una situación de marginalidad, pueda de nuevo originarse nuevamente dentro de los colectivos que solicitan de nuestra ayuda.



Atender a nuestras familias no significa sólo un compromiso de atención primaria como es la entrega de alimentos mensuales o la donación de ropa que a modo de reciclaje vamos haciendo, sino que además nos preocupamos por los menores que por falta de medios y recursos suficientes en las familias, no disponen de una ayuda escolar tan necesaria para sus tareas, o participar en actividades de ocio y tiempo libre, al mismo tiempo, grupos de voluntarios asisten al domicilio de una que otra persona mayor que vive sola y necesita de la compañía y atención que le presta quien la escucha y la acompaña al médico o a la compras. Igualmente la atención de niños hospitalizados que necesitan esas horas de olvidos en su estancia mientras los voluntarios juegan y los distraen haciendo posible que reciban un poco de cariño por personas ajenas que reconforte a los familiares y al enfermo, aliviando de algún modo, las largas estancias de madres que pueden necesitar el descanso de tan largas horas hospitalarias que algunos de estos tratamientos conlleva.



En definitiva, la labor del voluntariado se concreta por ser firme y comprometida, con un alto valor en el aprendizaje y manejo de capacidades afectivas y emocionales. Amas de casa, personas jubiladas de diversas formaciones, estudiantes de diversas índoles, etc., se entregan cada día con un propósito… en la creencia que un mundo mejor es posible y nos beneficia a todos.
Y como el final de este cuento, no se trata de mejorar orientados en construir un modelo de familia única en un mundo tan cambiante como el nuestro, sino en crear conciencia en la diversidad como riqueza, de facilitar el acceso, de eliminar barreras y creando herramientas eficazmente posible que ayuden y mejoren esta construcción social y humanista del día a día y que a tantos colectivos humanos afecta.

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